Y es que al final siempre hay alguien que sale perjudicado, y desgraciadamente la mayoría de las veces suelen ser los mas débiles e inocentes.
C.C.P.
sábado, 20 de noviembre de 2010
:T
Algunos golpes de la vida te dejan fuera de combate, como un derechazo directo a la mandíbula, son golpes inesperados que te hacen madurar de repente, desencantos, perdidas, traiciones... la ingenuidad se acaba cuando te encuentras cara a cara con cosas que te despiertan ya para siempre. cosas como el orgullo, que nos impide dar el mas mínimo paso hacia el perdón. Levantando un estúpido muro entre nosotros y los que mas queremos. O la codicia, que tan expertos somos en disfrazar usando todo tipo de buenas y respetables razones.
Así era el mundo en el que yo acababa de ingresar, el de los adultos.Un mundo en el que la inocencia de la infancia deja paso a la soberbia, a los problemas, a los malentendidos, y la defensa de los intereses de cada uno, aunque para ello a veces tengamos que pagar el peaje de la soledad o el de la mentira, en la que algunos viven permanentemente instalados, engañándose a si mismos y lo que es peor, a las personas que de verdad les quieren.
Una mentira que quizá por sucia y traicionera es el peor de nuestros defectos, sobre todo cuando esa mentira mata al amor, porque al final, es lo único que tenemos y si también el amor es mentira... que nos queda.
Aquel día, en aquella calle, viendo a Julia de la mano de otro, aprendí que el amor también esta hecho de dolor y que se puede decir nunca te olvidare, cuando ya te han olvidado. Maduré y aprendí hasta el punto de que en otro tiempo, en otra calle, yo hice lo mismo... porque así es la vida... y así lo aprendemos todos alguna vez.
C.C.P
Así era el mundo en el que yo acababa de ingresar, el de los adultos.Un mundo en el que la inocencia de la infancia deja paso a la soberbia, a los problemas, a los malentendidos, y la defensa de los intereses de cada uno, aunque para ello a veces tengamos que pagar el peaje de la soledad o el de la mentira, en la que algunos viven permanentemente instalados, engañándose a si mismos y lo que es peor, a las personas que de verdad les quieren.
Una mentira que quizá por sucia y traicionera es el peor de nuestros defectos, sobre todo cuando esa mentira mata al amor, porque al final, es lo único que tenemos y si también el amor es mentira... que nos queda.
Aquel día, en aquella calle, viendo a Julia de la mano de otro, aprendí que el amor también esta hecho de dolor y que se puede decir nunca te olvidare, cuando ya te han olvidado. Maduré y aprendí hasta el punto de que en otro tiempo, en otra calle, yo hice lo mismo... porque así es la vida... y así lo aprendemos todos alguna vez.
C.C.P
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